El mecanismo o dispositivo de Anticitera data de finales del siglo II o principios del I a.C., entre los años 205 y 60 a.C. Se cree que es la primera computadora analógica que se fabricó en el mundo, creada para calcular con exactitud la posición del Sol, la Luna y los planetas. Se halló en 1901 cerca de las costas de la isla griega de Anticitera, la cual le aportó su nombre.
Se cree que originalmente el mecanismo estaba alojado en una caja de madera y que medía más de 30 centímetros (1 pie) de alto. En el momento de su descubrimiento, no era más que un amasijo de metal oxidado tirado en medio de los despojos de una antigua nave mercante, que además transportaba esculturas, ánforas y otras mercancías. Debido a la cantidad de artefactos extraídos de lo pecio, el anónimo bulto no se identificó sino hasta 1902, cuando el arqueólogo griego Valerios Stais lo advirtió en un taller del Museo Arqueológico Nacional de Atenas. Poco después, comenzaron las labores para descifrar el propósito y significado del dispositivo, las cuales continúan en la actualidad.
El matemático y cineasta Tony Freeth, integrante del equipo de investigación de Anticitera del Colegio Universitario de Londres, que en fecha reciente resolvió el misterio del mecanismo, describe su función:
Ya en 1905 se reconoció que el dispositivo era una especie de calculadora, o quizá un tipo distinto de astrolabio, pero no fue sino hasta finales del siglo XX que se logró un avance importante en la comprensión de su propósito. Durante el proceso de extracción del fondo marino la máquina se quebró en tres partes y luego, a lo largo de los años y con regularidad, los distintos investigadores provocaron su ulterior fragmentación hasta llegar a contarse 82 piezas más pequeñas, lo cual hizo que el rompecabezas fuera más difícil de resolver. En 2021 Freeth y su equipo construyeron una réplica del dispositivo, y hoy día, después de transcurridos 2000 años, la primera computadora analógica del mundo funciona de nuevo.
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