30 abril de 1945. Adolf Hitler se encuentra aislado junto a Eva Braun y sus mas fieles seguidores en el interior de su búnker. Con el Ejército Rojo ya a las puertas de Berlín, y la guerra definitivamente perdida, el führer, tras tomarse una cápsula de cinanuro, se dispara un tiro en la cabeza y acto seguido, su esposa toma también una dosis de cianuro que acaba con su vida. Ambos cuerpos fueron incinerados en el exterior del búnker para que sus cadáveres no fueran profanados por los soviéticos. Pero desde ese momento empezó a circular la historia de que Adolf Hitler no murió entonces, sino que sobrevivió y huyó al extranjero. Una de las versiones más conocidas es la de que logró escapar a la España franquista, donde aterrizó en un campo de patatas de Galicia. Aunque no fue este el final. Los rumores de que Hitler seguía vivo volvieron a circular en 1960, alimentados por uno de sus más fieles colaboradores: el criminal nazi Josef Mengele, apodado el Ángel de la Muerte, que por aquel entonces se hallaba oculto en Sudamérica. La idea de que Hitler había huido al sur del continente americano volvió a resurgir cuando en octubre de 2020, en un informe publicado por la CIA, aparecía la imagen de dos hombres, uno de los cuales lucía el característico bigote del führer. En ella se podía leer: “Adolf Schrittelmayor, Tunga, Colombia, América del Sur, 1954” (a pesar de que se lea “Tunga”, es posible que se refiera a Tunja, una ciudad que es la capital del Departamento de Boyacá, en Colombia). Aunque esta teoría ha sido totalmente desmentida por expertos como el abogado y periodista de investigación colombiano Alberto Donadio, la leyenda de que Adolf Hitler no se suicidó en el búnker de Berlín sigue teniendo miles de seguidores.
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